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Interés / Interests

Memorias de una becaria

Empezamos en uno de los lugares más bellos e icónicos de nuestro país, no podía ser más perfecto, las vistas, los olores y sabores. La sensación de excitación que experimentaba de poder participar como toda una aficionada, porque eso me considero, ya que nunca realmente me he sentido lista para poder lanzarme a enseñarle mi humilde trabajo literario-poético a nadie. Sin embargo, la vida parece haberme abierto el acercamiento que de alguna manera mi espíritu cultural ha venido buscando. Y que en cierta manera, como promotora y gestora cultural, me había venido cuestionando; ya que me decía a mí misma que tenía que desarrollarme como artista para poder entender las necesidades e inquietudes de uno, “estar en sus zapatos”.

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Desde chava, en la secundaria y sobre todo en la prepa, recuerdo que mi maestra de literatura, sin falta me alentaba en las fechas próximas, a participar en los concursos de cuento y poesía que la escuela promovía. Mi mayor logro en ese tiempo, fue ganarme un reconocimiento y en otro una colección de cuentos.

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Y de pronto el día llegó, me traslade a la ciudad de San Miguel de Allende, comenzamos con el registro y los primeros talleres. Y de pronto se inició un cambio en mi forma de pensar y más precisamente mi actitud personal. En ese instante, estaba ya rodeada por personas que ya en más de una ocasión habían sido publicadas, en donde hasta ahora mis alcances habían estado enfocados a la parte académica en algunas pocas ocasiones, y en otros como parte de mi labor personal como promotora de la cultura y el arte. Entonces debía verme como una profesional o al menos en alguien en busca de serlo, comenzar con una estructura de trabajo que en varias ocasiones sólo venía a mí como una necesidad de expresión o como decimos burdamente: “llegaba la musa”. A mi burda manera de entender, lo que hasta el momento había escrito como mis intentos poéticos principalmente, se escuchaban bien y eso era todo.

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Este efecto literario, se estaba viendo confrontado con el hecho de haber ganado una beca para asistir a un festival de escritura y literatura internacional, acción que en ese momento aprecié como una oportunidad y también una gran responsabilidad personal. Puedo decirles que de entrada, se vive y respira un ambiente que sabe y huele a creatividad pura. Una vena que se recrea en el hecho de un constante hacer, inducido por el entusiasmo de ser y estar, fuera del conformismo adulador que algo así pudiera suscitar en muchos de los presentes, la hermandad intercultural de las letras, en esos momentos me permitió entender el hilo poético en una estructura más legible y menos ajena, como algo que necesita pulirse constantemente pero al final alcanzable. El construir un discurso no derivado de la ficción, es un proyecto viable, siempre y cuando se lleven a cabo ciertos parámetros de investigación, incluso. De igual forma, ayuda el conocer las estrategias de la auto-promoción y la conformación de una lectura que enganche al lector, en donde nuevos elementos se integran, debido a las inquietudes de una sociedad que ha evolucionado entorno a los nuevos sistemas de interacción humanos. 

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Aprendí que hay distintos tipos de estructura narrativa, así como diferentes tipos de lectores y que el escritor se encuentra dentro del rubro constructivo.

 

“Para ser escritor se necesita forzosamente pasar por ser un buen lector”.

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Mi comprensión de como se realizaba un guión ya sea para una película o un programa televisivo me era totalmente ajeno, fuera de saber que existen personajes principales y secundarios. Salí de ahí con mucho más información que la que hubiera podido desear, una clara idea de cuales son los puntos claves a desarrollar, no sólo para la escritura de un guión, sino para cualquier género, fueron por demás oro molido. Las formas de narrativa en ficción y no ficción, tienen tantas vertientes, según los gustos del escritor: Novela gráfica, periodística, biográfica, juntas o separadas, tan variadas y tan exquisitamente ataviadas. Pero todas y cada una con la finalidad de enganchar al lector, de resultar al paladar como una exquisitez.

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Transcurrieron los días, los encuentros y las aparentes casualidades que en tantas ocasiones nos brinda la vida, las porras de aliento de nuestros profesores talleristas, o como uno de ellos mencionó: Esto es una terapia de grupo.

 

Todo terminó con un abrazo, las listas de contactos y las promesas de reencuentros, compartir las fotos de la banda y las anécdotas que ahora ya forman parte de una historia y lo que ahora son las memorias de una becaria.

febrero, 2018

Todo esto fue escrito durante y días después a las celebraciones del Festival Internacional de Literatura de San Miguel Allende #SMWC18, que se llevó acabo durante las fechas del 14 al 18 de febrero de 2018. Agradeciendo a los organizadores del mismo, a los maestros talleristas y asistentes.

Para mayor información sobre el Festival y los eventos relacionados, así como la referencia al programa completo, favor de dirigirse a: San Miguel Writers Conference

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* Las opiniones aquí vertidas son responsabilidad del autor.

*Taller impartido por la escritora Verónica Maza, titulado: Herramientas para escribir un libro de no ficción que se venda.

*Taller intensivo, impartido por el escritor y periodista Felipe Restrepo, titulado: C.omo contar buenas historias. Estrategias narrativas de no ficción.

* Parte de la presentación del taller: Las entrañas de la fricción. Impartido por el escritor Joel Flores.

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