Víctor Rodríguez Rangel, es Licenciado en historia por la UNAM, obtuvo la Maestría en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. Es actualmente el curador de las colecciones del siglo XIX del Museo Naciona de Arte en la Jefatura de Curaduría.

Interés / Interests
La nueva Gliptoteca del MUNAL
Tuvimos la ocasión de platicar con el Curador del Museo Nacional de Arte Víctor Rodríguez Rangel, sobre los cambios que dentro del museo están sucediendo con esta nueva administración, la nueva visión curatorial y por ende museográfica, que las salas permanentes están por ofrecer próximamente. Y que de hecho empezaron ya, con la apertura de los espacios, que antes estaban destinadas a temporales del primer piso, las cuales ahora muestran la gran colección del pintor José María Velasco, que alberga el mismo museo.
Para el Plan Maestro Munal 2000, se hizo toda una restauración del edificio e intervención museográfica y curatorial del recorrido, respetando toda la arquitectura original. Con el paso del tiempo, se fue incrementando el acervo del museo, por donaciones o adquisiciones de diversos organismos en donde también se vislumbró la idea de usar todo el inmueble. A partir de entonces, se abrieron 33 salas del recorrido permanente, que abarcan desde la época virreinal hasta principios del siglo XX, (1954 para ser precisos). Desde el 2014, que inicia esta nueva administración con el Dr. Agustín Arteaga, fue entonces cuando se pensó, que ya era necesario renovar el recorrido permanente, además que se consideró que nuevamente la colección del museo ya había crecido lo suficiente, y en consecuencia había obras importantes en bodega que era pertinente dar a conocer al público; también por alguna razón existían piezas que en el proyecto MUNAL 2000, no habían podido entrar al recorrido planteado en ese momento. Para lo cual se replanteo la misión, que como Museo Nacional de Arte se tiene, de integrar los valores estéticos y artísticos por encima de los períodos marcados por la historia, como parte del arte mexicano en sus convergencias y divergencias en los procesos del arte. La nueva propuesta plantea, el uso de microexposiciones o exposiciones íntimas dentro de cada período, en donde haya exposiciones temáticas o artísticas, se pueda apreciar una secuencia de ciertos modelos o iconografías, que no obedezcan a un período extremadamente específico; planeándolo por fases, sin la necesidad de hacer un cierre total del museo nuevamente. Nuestro primer experimento fue la sala en donde se representa a José María Velasco, el más grande de los exponentes del género paisajista, junto con 23 artistas más, tanto mexicanos como extranjeros, y no sólo hablando del periodo del siglo XIX, si no abarcando un período de los 1830 a 1920, en donde la concepción del paisaje se va transformando del romántico al naturalista, de las vistas de la Ciudad de México, principalmente. Elegimos a este artista de manera particular, por dos razones, la primera fue que es uno de los autores de los que más obra tiene el museo a su resguardo, y por otra el género del paisaje; ya que como hemos podido constatar por nuestro público, es el más amigable y el que más se lleva en su memoria. Para lo cual, como curador de esta exposición, me di a la tarea en que todas la disciplinas representadas, convivieran de manera democrática, en donde los cinco discursos de Velasco, también están acompañados de fotografías, litografías, dibujos y grabados. Esta sala anteriormente, llamada la “Sala de Colecciones especiales”, como tu recordarás, era de exposiciones temporales, pero se ha venido a reconsiderar que existían muchos espacios para exposiciones temporales, siendo que el corazón de un museo es su propia colección y era la que estábamos descuidando, así se decidió sacrificar estos espacios, para dar paso a un nuevo discurso curatorial.
De la misma forma, se ha planteado el proyecto escultórico del museo, en lo que hemos venido a llamar la “Gliptoteca”, concepto que viene del siglo XIX, que viene del latín «Glipto» = piedra labrada y «teca» = caja o lugar para o recinto de. La cual será el plato fuerte de esta renovación, contará con una publicación propia y pensamos que será una gran exposición por sí misma. Generando un diálogo en sus cinco temas, con otras disciplinas como son, la litografía, el grabado, el dibujo y algunas pinturas, en donde se de el espacio idóneo para su apreciación y estudio. Y pues donde antes se encontraban muchas de las obras de Velasco en la sala 22, es donde daremos paso a esta nueva Gliptoteca con 80 piezas, que no sólo estará enfocada al siglo XIX, sino que contará desde la maqueta ecuestre de Carlos IV, de finales del siglo XVIII, terminando a mediados del siglo XX. Los artistas que estarán incluidos dentro de este recorrido, empiezan con los pertenecientes al Neoclacisismo, de la Academia de San Carlos del siglo XVIII, con la maqueta de “Caballito” obviamente de Manuel Tolsá, siguiendo con la línea de sus alumnos más destacados, como José María Labastida, otros como Manuel Vilar, quien hiciera el monumento a Colón en Buenavista y el “Tlahuicole”. Hasta llegar a un período de cierta paz, comienzan a realizarse monumentos como los del Paseo de la Reforma, con Maximiliano se decora el Castillo de Chapultepec. Además que encontramos, escultores que trabajan haciendo obra pública, como Manuel Noreña. En la litografía, tenemos artistas extranjeros como Pedro Gualdi, Carl Nebel, en donde se plasman vistas de la entonces Ciudad de México, de plazas, palacios, parques y obviamente haciendo referencias a la monumentalidad. Existe ya para esta época una asociación entre arquitectos, escultores y urbanistas, que es muy importante, a todo lo largo del SXIX; que da por origen, ya en la época de Porfirio Díaz, una generación muy importante de artistas, quienes gracias al padronazgo de Lascuraín y Justo Sierra quien encabezara la Secretaría de instrucción Pública y Bellas Artes, se mandaba a los artistas a estudiar a Francia, entonces considerada la cuna de las artes. De donde salieron artistas como Arnulfo Rodríguez Bello, Enrique Guerra, Jesús Contreras, Fidencio Lucano Nava, con temas más del erótico femenino, psicológicos o del rol de la mujer en la sociedad. De ahí pasamos a la escultura de corte simbolista, decadentista, con artistas como Ignacio Asúnsolo, Guillermo Ruiz, etc; todavía con algo de la influencia romántica. Sin embargo, la Revolución transforma el ideario artístico, en donde pintores y escultores, incluirán temas de corte nacionalista, rompiendo con la influencia europea, inspirándose en lo popular, artesanías o modelos precolombinos, aquí tenemos a Madroño Magaña, Marín, Antonio Ruiz, Oliverio Martínez, por mencionar algunos.
Se crea la escuela del ExConvento de la Merced, lo que será el ancestro de la Esmeralda, “La escuela libre de talla directa y escultura”. Una escuela al aire libre, en donde se practican los ideales sociales, de tema libre y lo popular, también inspirados por lo prehispánico o mexicanista; obras en piedra, bronce y madera principalmente. Hablando del espacio expositivo, se insertara una pequeña sala anexa a la 22, en donde se podrá constatar esta influencia, e incluiremos tres piezas prehispánicas, con la representación de artistas de este corte «naive» como son Carlos Bracho y Rómulo Rosso, por ejemplo. Pensamos que el arte debe verse a través de todas las épocas y esto no nos había sido permitido anteriormente, incluir desde lo prehispánico; aunque ya habíamos hecho este tipo de ejercicios con las intervenciones de artistas contemporáneos, como lo fueron las festividades en el año 2012, por los 100 años del edificio y los 30 del museo.
Para lo cual pensamos que la Gliptoteca, sienta un precedente, como ya habíamos mencionado, la cual contará de la misma forma que el paisajismo, con un diseño museográfico estudiado, y con su propia inauguración, mesas redondas, actividades educativas y alternas a esta exposición.
Seguiremos con estas renovaciones al museo, para el 2017 y el 2018, se esta proyectado el cambio en el segundo piso y toda la reapertura del SXX; en donde ya empezamos precisamente, con Diego Rivera, incorporando la obra del “Río Juchitán” tipo mural, que el público ya puede admirar, anexo a las salas de José María Velasco.
junio 30, 2016


* Fotos, cedidas por Vladimir Muñoz Badillo, junio 2016.