Interés / Interests
Enamorado de la estenopeica
Recientemente Oliver Anderson Huerta inauguró en la Ciudad de Querétaro la exposición “A punto de luz” en La Antigua Estación del Ferrocarril, el día 19 de enero a partir de las 18 hrs. En donde se llevo acabo en igual medida, una serie de actividades que comprendieron, no sólo la exposición que ya se mencionó, si no también una conferencia con el artista, en donde expuso su pasión por la fotografía estenopeica; así como la presentación del libro “Un diálogo con Durango”.
Agradecemos a Oliver, primeramente por su tiempo, y queremos realizarle esta entrevista, pues es de llamar la atención el hecho de utilizar esta técnica fotográfica en particular. Para quienes no estén familiarizados con el término estenopeica, se refiere a utilizar la forma más básica de fotografía, obteniendo imágenes por medio de utilizar película o papel fotosensible y colocarlo dentro de una caja con un orificio y someterlo a una exposición durante un determinado tiempo y volver a tapar la entrada de luz. Este procedimiento al parecer tan sencillo, da unos resultados sorprendentes para quienes realmente, sepan tener un ojo fino y delicado. Y creemos que Oliver, ha podido conseguirlo en su carrera y el resultado es esta exposición.
Oliver, pues quiero preguntarte ¿a qué viene primeramente tu gusto por la fotografía?
Eso desde que mi padre me pedía que tomara las fotos familiares cuando era niño. Él me decía: “Fíjate que no estén cortados los cuerpos y enfoca de tal manera que veas claros nuestros dientes...“ Con esa lección tan simple fue como empecé a manejar la cámara reflex de mi papá a principios de los ochentas. Hasta la fecha conservo esa cámara y ahora mi hijo la está disparando. Aprendí a tomar fotos con los dibujitos que venían impresos en las cajas de rollos donde recomendaban qué apertura utilizar en diferentes situaciones de luz. Eran muy básicos. A esa cámara no le funcionó jamás el exposímetro y cada toma era un reto. Luego compraba rollos pero no tenía dinero para revelarlos. De esta manera tuve que aprender a “ver” la luz, fue algo cómico. Únicamente tenía un lente de 50 milímetros y con ese aprendí, disfrute, trabajé y tuve la oportunidad de crear. Ahora con infinita tristeza veo a fotógrafos que se pierden la oportunidad de tomar una foto por argumentar que “esa foto saldría muy bien con un 35”, o “no salgo porque me hace falta un 300”.... pobrecitos. El culto al equipo mata la pasión por crear.
¿Qué te llevo a afinar tu gusto por esta técnica en particular?, pues me llamó la atención una frase que me compartiste: “Es aquí donde empieza el experimento fotográfico al buscar con una técnica simple que no permite la multi-repetición ni escoger lo que más nos guste. Esto nos obliga aprender a captar la imagen, a entender cómo es lo que realmente queremos expresar.”
Es que en estos días estamos ya tan acostumbrados a editar cualquier fotografía que tomamos ya sea desde el teléfono o con la cámara digital. Ahora todo es manipulable. Terroríficamente parece que el destino de la fotografía está hoy comandado por las redes sociales.
Difícilmente publicamos una fotografía que no haya sido manipulada de alguna forma, ya sea el “filtrito”, la carita suavizada, la reducción de lonja, el aumento de… músculos… Tanta edición, el reencuadre, el quitar el color para hacer una foto “más artística” finalmente nos va alejando del más grande principio en la fotografía que es “La foto se hace en la cámara”
Definitivamente no estoy en contra de la fotografía digital, el correcto proceso de una imagen captada es parte de los talentos de un fotógrafo, un talento que ya es indispensable para el trabajo y producción de imagen en estos días.
La técnica estenopeica no es difícil en su manera de realizarse, lo complicado viene cuando tenemos que aprender a razonar lo que queremos fotografiar. Nos hace pensar en cómo será el resultado final desde el momento en que hacemos la captura. Quiero hacer énfasis en el LENGUAJE ESTENOPEICO, que es lo que le da la particularidad a este tipo de fotografías. Algo que en digital no te sale, por mucho que lo intentes. Ocurre una “poetización” en la imagen que te hace reflexionar, que te hace pensar en tu resultado final. Tienes que vivirlo si te gusta la fotografía. Otra de las cualidades de la estenopeica es que te saca tu propio estilo. Eso es algo que muchos fotógrafos no han podido encontrar por el simple hecho de no hacer la foto con calma. Están tomando una foto y ya están pensando en que le van a hacer en photoshop. En serio, lo he visto y también te confieso que me ha pasado. Eso no es fotografía, eso es “computación”. La atmósfera de una imagen estenopeica no se compara con ninguna otra técnica. Por eso me enamoré de la técnica y caí conquistado como quinceañero.
¿Qué te llevó a vivir en la Ciudad de Durango?
Una tragedia. Es la verdad. Una pérdida muy grande en 1993 me hizo buscar la compañía de una persona con la que ahora estoy casado y tenemos dos hijos. Siguiéndola terminé en Durango donde aparte tengo familia y con los años esta tierra me hizo suyo.
El libro de “Un diálogo con Durango” ¿qué significados guarda para ti?
Las imágenes de este libro fueron captadas durante la primera década del 2000. Fue cuando en realidad me di a la tarea de encontrarme con esta ciudad y parte del estado. Muchos sitios actualmente ya no existen o están cambiados de manera irreconocible. Significa ese enamoramiento de la historia, de las leyendas de “espantos”, de la cotidianidad que nos rodea pero que no le prestamos atención. Durango tiene una riqueza invaluable en su crónica del diario vivir. Yo sólo tomé prestado un poquito y de ahí fue que surge este libro. “Estas calles me conocen mejor a mi que yo a ellas” es la primera frase que tiene el libro y en ella se refleja todo esto que te platico.
¿De manera personal, crees que el hecho de haber tenido una formación, en procesos de diseño gráfico propiamente, te ha llevado a refinar tu gusto por la edición de libros de arte y por lo tanto complementarlo con la fotografía o cómo lo verías tú?
Definitivamente. Me siento pez en el agua en ese ambiente. A eso también es importante agregar la experiencia de vida propia. A veces tienen que pasarte cosas muy fuertes para despertar cierta sensibilidad... o al menos me pasó a mi. No es que me quiera ver muy Bukowskiano, de ninguna manera, pero a veces una simple decepción amorosa te despierta el modo de crear. Si te da por lo cursi, si te da por escribir un poema, si te da por dibujar un árbol, ¡por favor hazlo! Nos detiene la pena muchas veces, pero todo esto es el inicio de una vida en sintonía de crear. Si los demás no te entienden, pues... no es tu problema.
¿Qué te ha parecido el cambio de vivir en Durango y regresar a Querétaro, finalmente exponiendo tu trabajo?
Una gran parte de mi sigue en Querétaro, regresar con una pequeña aportación es como cuando vas a casa de tus padres y no llegas con las manos vacías. Llevas algo aunque sea pequeño, no con el afán de dar, ni con el afán de proveer, ¡ni mucho menos enseñar!... es simplemente la ilusión de compartir.
Aprovecho para hacer la invitación al Cuarto Encuentro Nacional de Fotografía Estenopeica en la semana de Pascua del mes de abril, en la ciudad de Durango. Hay talleres, expos, pláticas, es una fiesta muy padre, aparte tenemos uno de los mejores mezcales del mundo.
Termino despidiéndome de Oliver, a quien nuevamente le agradezco que nos comparta a nuestros seguidores y amigos, su tiempo y espacio. Así como tener una aproximación a su sensibilidad artística.
enero 30, 2017

Olver Anderson Huerta, es diseñador, escritor, editor y fotógrafo, queretano. Quien radica en Durango, egresado del Centro de Educación Artística (CEDART) Ignacio Marinano de las Casas, de Querétaro. Es fundador del Colegio de Diseñadores Gráficos de Durango (ADGO), del cual fuera presidente por dos años consecutivos. Miembro del “Foro de Reporteros Gráficos y Artistas Visuales Durango, A.C. (Forga)” de 2010 a 2012. Desde 1996 ha colaborado en periódicos y revistas en el estado de Durango con artículos de carácter humanista y desarrollo empresarial. Durante 2010 estuvo a cargo de los talleres de fotografía de la Casa de la Cultura del Instituto de Cultura del Estado de Durango. En noviembre de 2015 el Instituto de Cultura del Estado de Durango publicó su obra fotográfica análoga en el libro “Un Diálogo con Durango”. Miembro fundador del grupo “Estenópolis” de fotografía estenopeica, quienes realizan el Encuentro Nacional de Fotografía Estenopeica en la ciudad de Durango durante el mes de abril desde 2013. Miembro de la Sociedad de Escritores de Durango, A.C. Como curador de edición ha participado en la producción de más de ciento cincuenta obras literarias de diversos escritores mexicanos, particularmente de los estados de Durango, Coahuila y Querétaro. Actualmente Coordinador Editorial en la empresa “De la Huerta, Cultura Editorial” y editor en la empresa “AGLI Editorial”, ambas en la ciudad de Durango.
* Fotografías, cortesía de Oliver Anderson.

