top of page

Gestora cultural con una trayectoria de más de veinte años de experiencia Itzá Restrepo, se ha desempeñado en las áreas de difusión, realaciones públicas, prensa, atención al público y proyectos especiales en el Museo de Arte Moderno Museo Nacional de Arte y en la Dirección General de Asuntos Internacionales CONACULTA (actual Secretaría de Cultural), entre otros. 

Interés / Interests

La Esmeralda.

“No les voy a decir que no se droguen, sólo les pido que no lo hagan en la escuela”

Esa fue una de las frases de la Directora de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”,  al recibir a los alumnos de nuevo ingreso en Agosto de 2015.

 

“La Esmeralda” fue fundada en 1927 como “Escuela Libre de Escultura y Talla Directa” en el Ex Convento de La Merced, en el Centro Histórico de la Ciudad de México; en 1942 se originó como institución dependiente de la Secretaría de Educación Pública; en 1946 se integró al Instituto Nacional de Bellas Artes como “Escuela de Pintura y Escultura” y en 1964 toma el nombre de “Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado" dentro del Centro Nacional de las Artes en el sur de La Ciudad de México.

 

Designada por María Cristina García Cepeda (Alias Maraki), Directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, por razones que notablemente no son las adecuadas para una de las dos mejores escuelas de artes plásticas del país, Carla Rippey se destaca no solamente por ser la primera mujer en dirigir La Esmeralda, si no por ser el claro ejemplo de que contar con una gran trayectoria artística a nivel nacional e internacional no es suficiente para manejar una escuela pública en la que la calidad artística y la disciplina exigida a los alumnos cada vez cobra menos importancia. 

 

A pesar de su gran y reconocida planta docente, desde el ingreso de la actual administración, los alumnos tienen un mayor espacio a la indisciplina y al acceso de drogas dentro de las instalaciones. Al medio día durante el horario escolar es fácil ver a los alumnos ebrios y/o drogados en la escuela, ellos no llegaron a la escuela en ese estado, lo que consumieron fue en las instalaciones, en los salones y en algunos jardines del CENART, donde supuestamente nadie los ve. Esto crea una zona permisiva donde los alumnos no solamente consumen drogas y bebidas alcohólicas, si no que a nivel académico no cumplen con fechas de entregas, no respetan a la planta administrativa y docente, y a su vez tienen la defensa de la misma Dirección, ya que en lugar de ser una imagen de disciplina y enseñanza, es una imagen permisiva de empatía para los alumnos ya que ella misma es una artista que carece del conocimiento administrativo, académico y disciplinario, lo cual transmite a los alumnos.

 

La Esmeralda tiene una deserción por generación sumamente alta, una gran parte de este porcentaje es debido al consumo de drogas que orilla al alumno a no cumplir con sus compromisos académicos y posteriormente dejar de asistir a la escuela. Ingerir sustancias para elevar la sensibilidad no es algo nuevo, pero aunque exista la normalización del uso de drogas entre los artistas, visto desde cualquier ángulo permitir drogas, no dar apoyo psicológico a los alumnos y fomentar un desorden académico es totalmente incorrecto en una institución la cual está destinada a educar, está de más decir que es totalmente ilegal el consumo de drogas en un espacio público y más en un espacio del gobierno.

 

A la Dirección, se le presentó en el 2015 una propuesta para tener en La Esmeralda una oficina de apoyo psicológico para los alumnos, este proyecto por supuesto está en algún cajón de su escritorio siempre desordenado.

 

La misión de una escuela es dar bases sólidas para que los alumnos tengan las herramientas para desarrollarse óptimamente en un plano independiente y laboral, en pocas palabras, una escuela debe educar. ¿Qué pasa cuando estos alumnos tengan oportunidad de exhibir o trabajar en espacios en los que existen reglas, fechas límite de entregas, responsabilidades y respeto a sus colaboradores? El poco presupuesto que existe para cultura, y aún menor presupuesto para la educación artística termina en una escuela del INBA donde la educación es el último punto en los objetivos.

 

* ACLARACIÓN DEL AUTOR: No todos los alumnos consumen bebidas alcohólicas o drogas en horario escolar, pero sí muchos de ellos.

*La opinión aquí plasmada es responsabilidad del autor. Emergente gestión y promoción cultural, es una plataforma que promueve la libre expresión.

 

abril 15, 2016

© 2016 by Emergente gestión y promoción cultural. Proudly created with Wix.com

bottom of page